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Nacho “el ruso” Dolyenko

NACHO Dolyenko

La historia de la música es la historia de mi vida, siempre entre canciones que venían desde los cassettes, los tocadiscos, fundamentalmente, los walkman y, bastante tiempo después, los discman y mp3.

En principio, la música que elegían por mí, los viejos, y dentro de la cual, yo mismo me armaba la selección propia: Los iracundos, con el rock de la prisión; Fito Páez y El amor después del amor o Sabina y su Física y Química, es lo que se me viene a la mente.

Al crecer y marcar mis propias selecciones, la hegemonía cultural del MTV de principios del 2000 hizo su papel. Pasé al hip-hop gangster de la costa oeste y las mixturas con el new metal de la época. Felizmente, un olvido en un 192, desde Manga, de la mochila (con la cartuchera llena de discos), me impuso el reset hegemónico, dando paso a la resistencia cultural. Y esto no podía ser de otra forma que con los Rage Against the Machine, lógicamente… De ahí, fue solo un pasito a Jaco Pastorius y al mundo del Jazz.

En todo este menjunje musical, de la mano de la búsqueda de formas de expresión de uno mismo, en el marco de unos años muy fuleros para nuestra sociedad uruguaya, en donde los viejos de uno estaban más atrás del mango para parar la olla que para cuidarnos los deberes, mientras algunos pocos se dedicaban a vaciar los bancos y ganar con la conversión del dólar, que se fue al triple, se me puso en la cabeza que quería tocar la batería. Apareció en mi vida el universo del TUMP y la figura entrañable del CHECHE, maestro del instrumento y de la vida. El resto es historia, de la mano de John Bonham, Ian Paice, Steve Smith y el papá de todos, Buddy Rich.

De aquello hace ya 20 años. Mucho recorrido con muchos compañeros, que me enseñaron tanto de valores como de música. Un par de discos editados, con S.U.R. (ex Perro Negro) y con Lugosi, algunos videoclips, muchos toques y, como siempre, el triple de ensayos.

Respirar la bocanada de BRÍOS, de la mano de la invitación de Felipe, para sacar los excelentes arreglos del “Erne”, fue divino. Volver a las raíces del ROCK, con Maxi, Fabi, Bru, el Bala y Felipe, al costado, junto al apoyo incondicional del PATO y el under como colchón de fondo, es parte de la alegría de mis días. El camino recién comienza, el tanque está lleno y el mate más rico que nunca.

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